Cómo celebrar el ser mujer

Cada año al iniciar marzo, vemos no solo las redes sociales sino cualquier medio de comunicación inundado de contenido audiovisual que busca educarnos sobre la manera más correcta de vivir el día de la mujer. Y para aprender si está bien regalar flores, peluches, joyas, chocolates, salir a comer o cualquier otra actividad consumista, nos vemos en la tarea de preguntarnos ¿Cómo celebrar el ser mujer?

Esta podría ser una de las frases más repetidas cada año: el 8 de marzo no celebramos el día de la mujer. Conmemoramos la lucha histórica por el reconocimiento de nuestros derechos, la lucha contra la desigualdad, la discriminación, el acoso sexual, la brecha salarial, los feminicidios y la violencia de género. Y aunque reconocemos que todo esto es cierto, también es necesario preguntarnos ¿cuántos años más hay que repetirnos una lucha que ya debió acabar? ¿Hasta cuándo seguiremos luchando por lo que ya debería estar normalizado? O mejor, naturalizado. 

En nuestra Isla celebramos la vida. Porque cada ser humano, independientemente del sexo que posea y del cuerpo que habite, tiene un cerebro dotado de inteligencia que le permite identificar su postura en el mundo, sin que eso signifique limitar la del otro, decidir por el otro o imponer una sola forma de habitarlo. Celebrar la vida es reconocernos cada día desde la diversidad, desde la posibilidad de nombrarnos y elegir lo que cada ser quiere hacer, por ejemplo, con su cuerpo. Celebrar la vida es saber que el cambio es la única permanente que tenemos, y aun así, nos forzamos a encasillarnos en moldes que no podemos ni queremos llenar, y luego nos recriminamos cuando nuevas decisiones y nuevos caminos nos llevan a salirnos de ellos.

Ser mujer no es un check list que debamos llenar. No es un molde al que debamos adaptarnos y en el que tengamos que obligarnos a quedar si alguna vez quisimos entrar en él. Porque sabemos que lastimosamente los estereotipos de la “mujer” están tan marcados que hemos llegado a sentirnos culpables por no cumplirlos y hasta perdemos la vida en el intento.

Mientras continuamos estas incansables luchas con el orgullo de todas las victorias que hemos tenido. seguiremos conmemorando una fecha que necesita convertirse en un punto final y determinante contra la opresión a la mujer. Y para responder a la pregunta que nos persigue cada 8M, ¿cómo celebrar el ser mujer? Tenemos un ser que, sin género, sin ojos, boca ni orejas, habla y escucha desde el corazón, y nos acompaña a abrazar la mujer que ya somos, con cada infinita posibilidad de convertirnos en la que queramos ser.

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